domingo, 6 de diciembre de 2015

Un libro, una emoción



Nuestro amigo Holden, a través de su blog, me ha propuesto participar en un juego que me ha parecido original e interesante.
El juego está inspirado por la película Inside Out (“Del revés”), en la que cinco personajes de animación representan sendas emociones: alegría, tristeza, miedo, asco e ira. Y se trata de elegir cinco libros, cada uno de los cuales nos haya  producido una de esas emociones.

Me ha resultado muy difícil elegir un solo libro para cada emoción, por lo que en algunos casos me he tomado la pequeña libertad de nombrar dos. O tres.
Son estos:

Alegría. Al pensar en un libro que me haya producido alegría o felicidad, he llegado a la conclusión de que cualquier libro que me gusta me produce felicidad y me alegra; pero quedarme ahí sería hacer trampas. Se trata de elegir un libro que me haya alegrado el ánimo y me haya hecho sonreír. Y entonces han aparecido ante mí  El paseo de Robert Walser, y las Historias de amor, de las que ya hablamos hace poco aquí, del mismo autor. Pero también  La tienda de los suicidas, de Jean Toulé, que a pesar de su título, es un libro divertido y optimista, con unos personajes sombríos y cenizos que regentan una tienda de artículos para el suicidio, y que descubren con recelo que el hijo menor les ha salido de lo más risueño y alegre.

Asco. Esta ha sido la relación que más me ha costado establecer, porque no recuerdo ningún libro que me haya causado impresión de asco. Sin embargo, recientemente he leído uno que me ha producido angustia y rechazo. Me refiero a  El nadador en el mar secreto, de William Kotzwinkle, que es una historia de amor, del amor de un padre por su mujer y su hijo; pero es que está llena de detalles “orgánicos”, de minuciosas descripciones de dolor y trauma físico,  algo para lo que yo no tengo espíritu.


Ira. También en este caso dos libros han aparecido a la vez: El conde de Montecristo, de Alejandro Dumas, y La herencia de Eszter, de Sándor Márai.
En el primero, como es bien sabido, la injusticia y la traición de las que es víctima Edmundo Dantés dan mucha rabia y ganas de decirle cuatro cosas al pérfido Fernando Montego.
Y en el de Márai, el personaje llamado Lajos es un tipo despreciable, un timador y un frescales, que se aprovecha del encanto personal que la naturaleza le ha dado para embaucar a quien tiene mejor corazón que él. En el fondo es un infeliz, siempre trampeando y siempre insatisfecho, pero no escarmienta, y mientras tanto va destruyendo la vida de quien haga falta con tal de salirse con la suya. 
Es una historia emocional y psicológicamente intensa y muy interesante.


Esta escena da mucho más
miedo en el libro
Miedo. Desde niña me gusta el género de terror, el suspense, el misterio, y he pasado maravillosos momentos de emoción y sinvivir gracias a este tipo historias. Y, como saben algunos de ustedes, el autor al que más he leído en este género es Stephen King, que, dicho sea de paso, no es sólo un autor de terror. Pero ése es otro tema. Centrándonos en el que nos ocupa, uno de los libros que más miedo me ha hecho pasar es El misterio de Salem’s Lot. Escenas como las de aquellos hombres metiendo los ataúdes en la casa abandonada, o la del niño Danny Glick llamando a la ventana del dormitorio de su hermano, ponen los pelos de punta, sobre todo si tienes doce o trece años.

Tristeza. De nuevo dos libros vinieron sin titubear a mi mente al pensar en esta emoción, y no puedo dejar de lado ninguno de los dos.
Uno es La educación sentimental, de Flaubert, y el otro Flores para Algernon, de Daniel Keyes, una conmovedora historia de ciencia-ficción. Los dos son muy emotivos, los dos me hicieron llorar de pura tristeza y compasión por sus protagonistas, pero, sin pretender comparar dos libros entre los que no hay comparación posible,  creo que Flores para Algernon es más enternecedor y el infortunio de su protagonista más impresionante.

Esta es mi selección, que espero les haya parecido interesante.
Para completar este juego yo debería ahora invitar a otros blogueros para que presenten su selección de libros en sus respectivos blogs, y por supuesto, todos los que pasan por aquí están invitados. Pero voy a permitirme también una variación,  y en vez de nominar blogs concretos voy a pedirles a ustedes otra cosa, para que puedan jugar también, si les apetece, quienes no tengan blog propio. Y es que me gustaría mucho saber no sólo qué les ha parecido mi selección,  sino también cuál sería la suya, conocer los libros que les han producido a ustedes cada una de estas cinco emociones.
Así pues, los espero aquí detrás, ya saben, en el saloncito de los comentarios.





14 comentarios:

Holden dijo...

¡Por fin! <3

Coincido un poquito con Salem´s Lot (que King reutiliza parte de hista historia y personajes en la Torre Oscura) y más aún con el Conde de Montecristo.

los otros libros no los conozco, la verdad, pero me ha llamado la atención "La tienda de los suicidas", igual hasta me lo planteo, mira tú. ¿Lo recomendarías?

Sara dijo...

Bueno, pues ya estoy en el saloncito de los comentarios... Y te digo que me ha encantado tu selección; y más que tu selección, lo razonada que la has hecho, porque yo, francamente, quizá no sabría decir con mucho tino el porqué de que un libro me produzca tristeza o alegría. Así que, como me voy a embarcar en hacer yo otra, procuraré imitarte y ser lo más analítica posible.

Para empezar, diré que es muy raro que una novela en su totalidad me produzca una emoción concreta. Son más determinados pasajes los que inclinan la balanza hacia una actitud final. Por eso, independientemente de su argumento, a mí me produjeron mucha alegría El Gran Gatsby, de Scott Fitzgerald, El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde y El abanico de seda, de Lisa See.

Es verdad que es difícil identificar el asco, pero yo creo haberlo sentido con algunas escenas de American Psycho, de Easton Ellis y otras de Crónica de una muerte anunciada, de García Márquez, aunque este último es uno de mis libros favoritos.

Quizá la ira más aguda la he sentido con De profundis, de Oscar Wilde, porque, al igual que tu señalas en tu selección, el protagonista es víctima de una severa injusticia, solo que en De profundis es real.

¿Miedo? Lo siento, no uso. El género de terror no me llama nada la atención.

Una tristeza preciosa la sentí con una novela de Jessie Burton titulada La casa de las miniaturas. No la olvidaré jamás.

Y ya está bien, ¿no te parece?

Besitos

Anónimo dijo...

A mí, como a Holden, me ha interesado La tienda de los suicidas y coincido con Sara en que la mayoría de los libros transmiten las más variadas emociones. PEro bueno, concretando:
Felicidad: Me hizo mucha gracia La Tesis de Nancy de Ramón J. Sender, con esa estudiante norteamericana que no comprendía el carácter andaluz o lo entendía del revés. Aventuras y mixtificaciones de Silvestre Paradox de Baroja que nos mostraba la vida bohemia de un inventor disparatado en el Madrid de entre siglos. También me han producido mucha felicidad algunos capítulos de El bosque animado...otros, también tristeza. Y también añadiría El amor en tiempos del cólera de García Márquez, con ese reencuentro amoroso tras tantos años de búsqueda.
Enfado. LAs uvas de la ira, claro; y no es un juego de palabras. Ver como el Capital ahoga sin piedad a todas esas familias trabajadoras...(trabajadoras de verdad, no sólo por escalafón social)
Tristeza: aunque me reí mucho también, en El Guardián entre el centeno, pudo más la sensación de tristeza; como le pasa a Holden (Caufield, no a nuestro amigo). También me dejó una profunda impresión desconsolada El Árbol de la Ciencia de Baroja: de nada sirve el idealismo ya que sociedad sigue la implacable ley de la NAturaleza.
El terror: Pues mira tú que esos pasajes que mencionas de Salem´s Lot los recuerdo como muy terroríficos pero en la versión televisiva de la serie que vi cuando era crío. Leyendo, uno de los que más me aterrorizó siendo mayor fue el relato de Algernon Blackwood La casa vacía, por la vívida experiencia de asistencia a un fenómeno fantasmal que sabe transmitir.
Asco. Si te refieres a que un libro me haya resultado asqueroso, me referiré a uno cuyo título no recuerdo que novelaba los recuerdos del Marqués de Sade.
Si te refieres a pasajes que me hayan resultado repulsivos dentro de relatos que me parecen muy buenos te hablaré de A Sangre fría de Capote y de dos relatos de Hans Heinz Ewers: La salsa de tomate (costumbre española muy sangrienta consistente en un duelo a navajazos) y La peor traición en la que se habla de la necrofilia que experimenta un enterrador, pero hay que decir que Ewers lo narra con tanto cuidado e incluso poesía, que parece una historia romántica.
Y si quieres, puedo añadir la indiferencia: la que sentí al leer El general no tiene quién le escriba de García Márquez.
carlos

guille dijo...

Es curioso, de cinco emociones cuatro se pueden considerar negativas. Y hay que asociarlas a algo tan positivo y voluntario como leer.

Alegría: Apunto a cualquiera de los 10 tomos originales de Mafalda.

Asco: Voy a colocar uno que no leí por asco "Mein Kampf"

Ira: Eso es algo que no suelo usar, pero para ser bueno y contestar; los libros de las famosas de la tele (que no he leído) ¿Que tienen que ver con la ira? ¡¡¡ Pero como publican eso !! (No hace falta contestar, lo se).

Miedo: El Ulisses o la saga "En busca del tiempo perdido". Miedo me da que por alguna razón inexplicable tenga que leérmelos enteros.

Tristeza: Salinger. ¿Por qué no escribiste mas sobre la familia Glass, Jerome?

Ya se, ya se, esta no debía ser la idea. Pero no leo cosas de miedo y asco y ira son cosas de alto nivel que me cuesta encontrar en lo que hago voluntariamente.

Quizá podríamos colocar en ira el precio de algunos libros.

Ángeles dijo...

Gracias, Holden :)
Efectivamente, los libros de La Torre Oscura son como un mundo grande en el que convergen todos los otros mundos de Stephen King, y por eso aparecen en él personajes de otras novelas, en este caso, el padre Callahan, que mientras va contando sus cosas va nombrado además a muchos otros personajes de Salem’s Lot.

Y en cuanto a La tienda de los suicidas, sí que la recomiendo. Es una novelita de humor negro y sentimientos blancos, por así decir. Divertida, irónica y tierna también. Si la lees, ya comentaremos, ¿vale?


Gracias, Sara.
Claro, es muy raro o muy difícil que un libro produzca una sola emoción, pero siempre hay una que predomina, o nos queda al cabo del tiempo una impresión general asociada a una emoción en particular.

De tu selección, que me parece muy interesante, me quedo especialmente con De Profundis; pero, fíjate, a pesar de la tremenda injusticia y la maldad de que fue víctima Wilde, a mí la impresión general que me deja el libro es de paz y serenidad, supongo que por la grandeza de espíritu que demuestra el escritor, que es toda una lección.

Me ha gustado eso de “una tristeza preciosa”. Creo que así podría definir yo también la que me produjo Flores para Algernon.

Besos.



Me alegro, Carlos, de que te haya interesado también La tienda de los suicidas. Ya me dirás si lo lees y hacemos tertulia ;)
Coincido contigo en casi todos los libro de tu selección, especialmente con El guardián y El bosque animado. También me gustó mucho "La casa vacía" de Blackwood, como sabes, pero con "La salsa de tomate" de Ewers estoy empezando a dudar; no sé si me voy a atrever…

Oye, es interesante también lo de la indiferencia. Creo que en ese caso yo tendría unos cuantos también para elegir.

Gracias!


Veo, Guille, que has enfocado el asunto de manera diferente, y has contestado más bien por omisión de títulos :D
Pero no está nada mal, eh?

Gracias :)

guille dijo...

Intentaré encontrar títulos para algo contradictorio, unir ira o asco o tristeza a una actividad divertida que elegimos voluntariamente.

Ya veo que la solución podría ser elegir solo personajes o episodios de libros. Una trampilla de las mías (jejeje).

Alegría: de la buena y de gran intensidad, descubrir que existía "Fanny y Zooey" después de disfrutar de los "9 cuentos".

Asco: Me rindo, si hubiera encontrado un libro que me diera asco lo hubiera abandonado de inmediato, no suelo castigarme.

Ira: Rebuscando podría señalar "El espía que surgió del frío" de Le Carré, no me gustó nada eso de utilizar a personas para lograr objetivos "generales". Aunque si vale un cuento corto hay uno de Carver que me produce ira por frustración, en cuanto encuentre su titulo lo añado.

Miedo: Ni en novela ni en cine uso este genero. Pero para ser disciplinado señalare que me da pánico enfrentarme a los manuales de uso de algunos de mis aparatos electrónicos.

Tristeza: El cuadernillo diez de Mafalda, significaba que era el último y no podría seguir las aventuras de ese grupo de enanos argentinos.

¿Me he portado mejor está vez? jejejejejeje.




*entangled* dijo...

Aquí va sin pensármelo mucho:

alegría: Robert A. Heinlein - The Door into Summer
asco: Margaret St. Clair - Brenda
ira: Pierre Very - Le peuple peint
miedo: Marghanita Laski - The Victorian Chaise-Longue
tristeza: Theodore Sturgeon - The Dreaming Jewels y
Truman Capote - Breakfast at Tiffany's

Como soy de ciencias, predominan la ciencia-ficción y los cuentos cortos.

Saludos.

Ángeles dijo...

Guille, en realidad creo que tu “trampilla” no es tal, pues las emociones que sentimos al leer se deben en muchas ocasiones a personajes y escenas concretos.
Otras veces, en cambio, el sentimiento se debe a factores externos a la obra en sí, como te pasó con la de Salinger o lo último de Mafalda. Y eso forma parte del poder de la literatura.
En cuanto al cuento de Carver, espero que encuentres el título, que me he quedado con la intriga.

Muchas gracias, se ha portado usted muy bien :D


Muchas gracias por tu selección, *entangled*. Y me alegro de que hayas vuelto a hacer referencia a Puerta al verano, porque es uno de mis libros favoritos desde hace muchos años. De hecho, también pensé en él para mi selección.
De los demás que has elegido sólo conozco el desayuno de Capote, pero debería leerlo otra vez. Como tantos otros. Y tomo nota de The Victorian Chaise-Longue.

Saludos.

Soros dijo...

Entre lo que he leído no soy capaz de definir o de diferenciar los libros con tanta imparcialidad, ni de saber lo que en cada uno de ellos prepondera. Siento no poder complacerte, mis sentimientos suelen estar mezclados.

Ángeles dijo...

Muchas gracias, Soros.

Es verdad, si es difícil establecer categorías y diferencias entre libros, y lo mismo entre emociones, establecerlas entre libros y emociones mezclados se hace casi imposible.
Pero no creo que hayamos sido muy imparciales, sino más bien pasionales o emocionales, como tú, en realidad :)



JuanRa Diablo dijo...

Pues me uno al juego también. Me pareció divertido al leer la entrada y también lo ha sido ahora, buscando qué libros incluir en mi lista.

Voy a hacer una cosa, elegir dos libros y no repetir los que ya hayan apuntado mis compañeros, aunque sí nombrarlos si los hubiera incluido yo también.

Alegría:
Hubiera elegido sin dudar El bosque animado , esa joya literaria que provoca sentimientos de todo tipo, pero que hoy recuerdo especialmente con alegría.
En mi lista de libros alegres yo he escogido Don Camilo, de Giovanni Guereschi y Cuentos sin pluma, de Woody Allen.

Asco:
He visto que han nombrado American Psycho, que fue la primera opción que me vino a la cabeza, así que yo diré Las ratas, de Miguel Delibes, por la crudeza de sus descripciones, tan visceral a veces. Y por el realismo en escenas de lo más asquerosas, que casi consiguieron que pudiera olerlas: El perfume, de Patrick Suskind.

Ira:
La casa de Bernarda Alba , de García Lorca. ¡Hubiera estrangulado a la madre con mis propias manos!
Mil soles espléndidos, de Khaled Hossein. ¡Qué impotencia vivir atrapado y sin esperanza en un régimen político asfixiante!
PD: Por supuesto, El conde de Montecristo , probablemente la novela que más intensamente viví: ¡consiguió que me hirviera la sangre buscando venganza! :D

Miedo:
Además del de Salem's Lot, y tantos de Stephen King, El señor de las moscas, De William Golding, y Como si fuera Dios, De Robin Cook, consiguieron que no me llegara la camisa al cuello.

Tristeza:
Para la tristeza me ha resultado fácil elegir; sólo he tenido que recordar libros que consiguieran hacerme llorar, que no han sido pocos, pero me quedo con La carretera, de Cormac McCarthy, y una novela del siglo XIX que me obligaron a leer en el Instituto y que me pareció maravillosa pese a su tristeza: El señor de Bembibre, de Gil y Carrasco.

Ahí queda eso. Un saludo a todos.

PD. También sería interesante eligiendo películas , ¿no?

Marisa C dijo...

Enhorabuena por haberlo logrado. Yo he estado pensando un buen rato y no creas que he sido capaz de seleccionar un libro para cada emoción. Es difícil elegir. Abrazos.

MJ dijo...

¡Qué difícil elección!
He estado pensando y pensando para poder dar una respuesta.

Alegría: El diario de Bridget Jones. No sé si alegría sería la palabra, pero sí me hizo mucha gracia y me reí con él.

Asco: no sé. Si alguno me ha empezado a dar asco lo he dejado.

Ira: no sé si la palabra sería esa, pero El mapa del tiempo me hizo enfadarme con el autor aunque sea uno de mis libros favoritos.

Miedo: El mapa del cielo. No me gusta el género de terror, así que este ha sido el de más de miedo que me he leído.

Tristeza: Mariana Pineda.

Ángeles dijo...

JuanRa, me pasa igual que a ti con El bosque Animado: me inspiró muchos sentimientos diferentes pero la impresión general que me dejó es de alegría; y ternura también.
Y de los que nombras que no he leído, que son la mayoría, los has descrito tan bien que creo que no me atrevería con ninguno de ellos…

Sí, este juego con películas también sería interesante. Y creo que sé cuáles elegirías para alegría y para tristeza. Casi seguro ;)
Gracias!


Sí que es difícil Marisa, y se agradece el intento :)
Abrazos.


Gracias MJ.
Me ha sorprendido mucho que asocies El mapa del tiempo con la ira, porque sé cuánto te gusta el libro. ¿Qué habrá dicho ese hombre para que te enfades con él? :D