En
este blog nos gusta imaginar de vez en cuando que los libros hacen una fiesta
peculiar, una especie de baile literario en donde unos se emparejan con otros
de manera caprichosa. Y al abrazarse con esa pasión que tienen los libros, ocurre
que sus títulos se mezclan, dando lugar a títulos nuevos que sólo existen en
nuestra imaginación.
Por
ejemplo, si El pajarito blanco de J.M. Barrie se mezclase con Exploradores
del abismo, de Enrique Vila-Matas, el resultado podría ser un nuevo libro
titulado "El pajarito del abismo"; o
si El dominico blanco de Gustav Meyrink se fundiese con El
diablo en las colinas, de Leonardo Sciascia, se crearía una novela
diferente titulada "El diablo blanco".
La primera vez que hicimos este cóctel de títulos pensamos que podríamos dar un paso más, que estaría bien
inventar los argumentos que podrían tener esas novelas imaginarias. Así que eso hicimos después aquí, y es verdad que resultó bastante
interesante y entretenido.
Y
para mayor entretenimiento aún, en aquella ocasión, quizá lo recuerden, les propuse
un juego añadido: de los tres argumentos que les presenté sólo dos
habían sido inventados enteramente por mí; había un tercero que correspondía a
una novela verdadera, y ustedes debían adivinar cuál de los tres era el argumento real.
El
caso es que ha vuelto a ocurrir. He vuelto a ver varios de mis libros danzando, abrazándose,
combinándose ellos solitos como si nada.
Y como
la vez anterior la cosa resultó divertida y emocionante, he pensado que a lo
mejor les apetecería jugar de nuevo, como a mí; o probar por primera vez si en
aquella ocasión no participaron.
Así
que he observado y he elegido tres de esos títulos surgidos de la peculiar danza
literaria. Y después les he otorgado sendos argumentos, de los cuales, nuevamente,
dos son inventados por mí para este juego, y otro corresponde a una
novela real.
¿Jugamos
entonces?
Pues
bien, en esta ocasión he visto que La tormenta de nieve, de Tolstoi, se
ha emparejado con Un susurro en la oscuridad de Louise May Alcott, y que de
su combinación surgía Un susurro en la tormenta.
Ésta
podría ser una novela con un aire dickensiano, y estar protagonizada por un
niño que se marcha de su casa porque su padre adoptivo lo maltrata. Va vagando
por el país y sobreviviendo como puede, encontrando a veces a buenas personas
que le ayudan y lo acogen por un tiempo, y a otras que lo tratan mal. A pesar de su infortunio, el muchacho es
optimista, bondadoso y alegre, y siempre confía en que las cosas le irán bien. En
el momento crucial, cuando todo se le pone en contra, conoce a un hombre que va
viajando en busca de su hijo, que fue secuestrado cuando tenía pocos meses de edad. Este padre nunca perdió la esperanza de que su hijo
estuviera vivo, y por eso nunca dejó de buscarlo. El hombre, que resulta ser un
rico arquitecto, se encariña con este chiquillo infortunado y bueno, e incluso piensa
en adoptarlo. Pero tal vez esto no sea necesario…
Después
vi claramente cómo se mezclaban En lo profundo del bosque, de Amos Oz, y
Viaje alrededor de mi habitación, de Xavier de Maistre, dando lugar así a
En lo profundo de mi habitación.
Aquí podríamos tener un cuento gótico, y trataría sobre Hester, una mujer que vive una vida apacible y cómoda, aunque hay algo indefinido que no la deja estar del todo tranquila.
Un
día va a un taller de costura para que le arreglen una prenda. El taller está
en una planta superior de un edificio grande y elegante. Mientras la atienden, Hester nota que hay alguien en un rincón que la mira fijamente. Se vuelve y ve a una anciana. Ésta le dice algo, y aunque Hester no la oye, se asusta. Cuando se marcha, la anciana la sigue, se acerca a ella en la
escalera y vuelve a hablarle. Aunque su voz no es más que un leve susurro, esta vez Hester oye sus
palabras. Entonces baja las escaleras despacio, llega a la calle y se dirige a su casa
sintiendo que en ese instante todo ha cambiado…
Y
por último, La biblia de neón de John Kennedy Toole y La impaciencia del corazón, de Stefan Zweig formaron, claro, La biblia del corazón.
Esta podría ser una novela de ciencia-ficción, y en ella se contaría la historia de un joven cuya situación es
tan precaria que aceptará cualquier empleo. Le ofrecen uno que consiste
en hacer publicidad de un salón de juegos, para lo que deberá llevar una vestimenta muy peculiar: un
traje formado por tubos de neón de colores. Será un letrero luminoso humano.
Este
trabajo ha de desempeñarlo subido a una plataforma a varios metros de altura, desde donde ha de saludar y llamar
la atención de los transeúntes.
El
dueño del casino le paga por horas, así que el muchacho debe pasar muchas horas
allí subido para ganar lo suficiente.
Un día, el jefe se da cuenta
de que lleva más de veinticuatro horas sin bajar, sin descansar, y esto le parece
demasiado incluso a un explotador como él, así que le pide que baje. Pero el joven
no responde, no reacciona. Entre varios empleados consigen bajarlo pero no
pueden quitarle el traje luminoso, que parece haberse fundido con su cuerpo. Lo
llevan al hospital y allí descubren que la sangre del joven es una especie de
fluido fluorescente…
Y
ahora díganme, ¿cuál de estos tres argumentos creen ustedes que corresponde a
una novela existente?