martes, 24 de enero de 2017

La biblogteca de Brautigan


Hace algún tiempo, cuando hablamos aquí de Hay-on-Wye, el llamado pueblo de los libros, comentábamos que hay  en el mundo personas con ideas un poco locas, y que de vez en cuando algunas de esas personas tienen la osadía de llevar a cabo esas ideas que a otros les pueden parecer un disparate. 

Dijo Jack Kerouac (?) que los locos que creen que pueden cambiar el mundo son los que lo cambian, y a mí me parece que es verdad. Pero cambiar el mundo no significa darle la vuelta a todo, ni arreglarlo todo de sopetón ni nada de eso. Cambiar el mundo significa mejorar algo, incluso algo en apariencia insignificante. Esos cambios pequeños, que pasan desapercibidos para la mayoría y que parecen no tener repercusión ni trascendencia, cambian el mundo porque cambian los pequeños mundos en los que vivimos, que mejoran cuando recibimos el efecto de esas modestas acciones.

Todo esto tiene que ver con algo en lo que he estado pensando estos días, y que se relaciona a su vez con nuestras recientes reflexiones sobre la lectura de blogs.

Se trata de la Biblioteca Brautigan, que no sé si conocen ustedes. Seguramente sí conocerán a Richard Brautigan, el escritor americano de la contracultura, autor de La pesca de la trucha en América (1967),  su novela de mayor éxito.
Aunque lo que aquí nos interesa tiene que ver con otro libro suyo, The Abortion (1966). En esta novela Brautigan ideó una biblioteca muy peculiar, una biblioteca en cuyas estanterías podía dejar sus escritos todo aquel que quisiera:

No utilizamos el sistema Dewey de clasificación decimal ni ninguna clase de índice para catalogar nuestros libros.  Registramos la llegada de un libro a la biblioteca en el Catálogo de la Biblioteca, y después se lo devolvemos al autor, que puede dejarlo en cualquier lugar de la biblioteca, en la estantería que le apetezca.

Era una biblioteca para autores inéditos. Para personas anónimas que desearan conservar sus historias en algún lugar, por el puro gusto de saber que no se perderían.
Es una idea muy romántica: una especie de refugio, una casa de acogida para la literatura de todos, la que puede escribir una persona cualquiera, y que queda fuera de los mecanismos comerciales.

Entre los muchos lectores y admiradores de Brautigan había un hombre llamado Todd Lockwood, fotógrafo de profesión, que leía la novela cada año y al que la idea de esa biblioteca popular le atraía cada vez más.
Tanto que, después de mucho pensar en ello, en 1990 y en colaboración con el agente literario de Brautigan, decidió crear una biblioteca como la que el escritor (que se había suicidado unos años antes) había imaginado.
La llamó Biblioteca Brautigan y la emplazó en Vermont.
Y allí estuvo funcionando, recibiendo textos originales, historias de personas corrientes, escritas por abuelos, por jóvenes soñadores, por trabajadores de cualquier ámbito… por personas con algo que contar y sin más ambición que contarlo.
Porque no todo el que escribe tiene afán de publicar su obra. Muchos sólo queremos escribir, porque está en nuestra naturaleza, y compartirlo con personas afines.

Sorprendentemente, o quizá no, cuando Lockwood puso en marcha su proyecto, hubo escritores profesionales que lo criticaron, se quejaron y se enfadaron: una biblioteca donde se dejaba al alcance de cualquiera lo que escribía cualquiera. Lo que escribía cualquiera al margen de la industria editorial y de la crítica profesional. Donde nadie seleccionaba los originales, ni se corregían, ni se revisaban, ni pasaban ninguna criba. Una biblioteca para gente que escribe sin técnica, sin preparación, sólo con ilusión. Intolerable.

La primera vez que leí sobre esta biblioteca pensé de inmediato en algo que seguramente están pensando ustedes también: en cuánto se parece la idea de Brautigan al moderno concepto de los blogs. Cuánto se parece esa biblioteca, democrática y libre, a nuestros blogs, en los que cualquier persona puede mostrar por escrito lo que piensa, lo que siente, lo que le interesa. Y donde se conservan nuestros “manuscritos” indefinidamente, para nuestra satisfacción personal y para que quien lo desee pueda leerlos cuando lo desee.

Sin duda Richard Brautigan era un hombre de mucha imaginación. Pero lo que no pudo imaginar, cuando ideó su biblioteca para autores sin pretensiones, es que su invención despertaría tanto interés y resultaría tan inspiradora, incluso al cabo de las décadas. 
Y mucho menos pudo imaginar que  un día habría miles de bibliotecas como la suya, por todo el mundo, con el ciberespacio por estanterías.



httpwww.romanrhodes.comthe_natural_voice
Richard Brautigan 


-Desde 2010 la biblioteca se encuentra en Washington, donde forma parte del Clark County Historical Museum.
-Web de The Brautigan Library
-Web dedicada a Richard Brautigan

domingo, 15 de enero de 2017

Sociología bloguera (o algo así)


La entrada anterior consistió en la entrega de un premio virtual —el fastuoso Premio Lema— a los lectores y comentaristas de Juguetes del Viento.
El premio llevaba adjunto un cuestionario, una especie de entrevista cuyo objetivo era conocer un poco a los lectores como tales y saber algo de sus hábitos y preferencias en cuanto a la lectura de blogs.

“Los equiparo a cualquier otro tipo de información.” (Rick) 
*
“Me aportan formación y/o un enfoque distinto en temas que me interesan.” (Anónimo)

En esta entrada de hoy quiero darles las gracias por la generosidad que han mostrado ustedes, Lectores Magníficos, al contestar con esmero y seriedad; por la atención que han prestado a mis preguntas, y por el tiempo que les han dedicado. Vaya, casi estoy por darles otro premio…

Pero además ha ocurrido algo en lo que yo no había pensado, y es que las respuestas me han parecido tan interesantes, tan ilustrativas y tan significativas, que el modesto cuestionario ahora me parece una valiosa fuente de información de la que se pueden extraer sustanciosas conclusiones.

Los lectores de este blog, de esta “pequeña universidad del aire” (gracias, Soros, por la poesía) tienen en común el ser personas muy interesantes y amables. Pero cada uno tiene, claro está, un estilo y una personalidad únicos, exclusivos y diferentes.
Por eso creo que este grupo de lectores, pequeño pero diverso, puede representar a un número mucho mayor de lectores de blogs, de diferentes estilos, gustos e intereses. Y por eso me parece tan interesante el compendio de opiniones y pareceres que resulta de nuestro cuestionario.

Así, observando las respuestas, podemos decir que, en general, quien lee blogs espera encontrar información, pero de un estilo más entretenido y natural que el que se encuentra en medios más tradicionales; puntos de vista propios y opiniones sobre diversos asuntos; información sobre temas determinados pero presentada de manera original y personal, con un enfoque particular.

"Es una forma de conocer a personas que tienen algo que decir, saben cómo decirlo, no cobran por hacerlo, y permiten una forma peculiar de diálogo."  
(*entangled*)
*
“Espero aprender, conocer otros puntos de vista, sentirme parte
de algo bueno y disfrutar.” (Marisa)

Por eso no es sorprendente que sea unánime la preferencia por los blogs personales. Porque al hablar de blogs personales nos referimos al modo en que se tratan los temas: no una mera exposición objetiva de hechos, sino una creación individual, una forma propia y única de narrar.

“Prefiero (y por mucho) los blogs personales. Los defiendo 
a capa y espada.” (Holden) 
*
“Prefiero los que me atrapan y me hacen leer lo escrito sin poder
levantar los ojos.” (Guille)

En resumen, los lectores buscan amenidad y originalidad; que el blog sea creativo y nos sorprenda de alguna manera.

“Que sea original, bien por el estilo de la persona que
escribe o bien por los temas que elige.” (Soros) 
*
“De cada blog espero una cosa distinta, y de todos: creatividad.
Y puedo decirte que la encuentro a raudales.” (Sara)

Por otro lado, todos los lectores coinciden también en cuanto a lo que les aportan los blogs: información o conocimientos, inspiración, diversión, diferentes formas de escribir, y diferentes formas de ver las cosas; pero también compañía e incluso amistad.

“Con los blogs he aprendido, me he reido, me he emocionado, me han inspirado a escribir, me han hecho reflexionar... Cuando además se crea un vínculo amistoso no puede ser más satisfactorio.” (JuanRa) 
*
“Se aprende mucho y se descubre a personas muy interesantes.” (Conxita)

También hay mucha coincidencia en cuanto a lo que menos nos gusta de un blog, a lo que hace que deje de interesarnos. Aparte de la razón más elemental, que es que el tema del blog no sea de nuestro interés, casi todos los lectores indican que lo que más les disgusta es que no haya interacción,  es decir, que el autor del blog no responda  a los comentarios.

Las opiniones son muy variopintas, en cambio, en lo referente al aspecto visual del blog; a los enlaces relacionados que a veces se incluyen en las entradas, y  al número de blogs que sigue cada lector (entre tres y cincuenta).

Un aspecto de la lectura bloguera que a mí me resulta particularmente interesante es si los lectores leen los comentarios que dejan los demás.
Veo que la mayoría de ustedes sí los lee, al menos los de este blog, y lo cierto es que no me sorprende: sé que los lectores de Juguetes del viento se tienen en buena estima unos a otros, lo cual me congratula.

En mi caso, como lectora de blogs, siempre leo los comentarios que dejan los otros lectores en los blogs que sigo; creo que no me influyen en mi propio comentario, y casi siempre encuentro algo interesante en ellos. Y, por supuesto, me gusta mucho también leer las respuestas que el autor del blog da a cada comentario. Cuando son interesantes, los comentarios y las respuestas son una ampliación o un complemento del tema tratado en la entrada correspondiente.

Y por último, me ha gustado mucho saber o recordar cómo llegó cada uno de ustedes a Juguetes del Viento. Aunque lo que más  me gusta es que se hayan  quedado.

Al meditar ahora sobre todo esto, he pensado también que no es verdad lo que muchos empezamos a creer hace algún tiempo: que el blog como forma de expresión y comunicación estaba en decadencia, y que estaba siendo sustituido por otros medios de comunicación e interacción donde priman la inmediatez y la premura. 
Por el contrario, ahora me parece ver que, después de un periodo de cierto decaimiento, los blogs resurgen con más energía; que cada vez hay más personas que crean nuevos blogs, lectores que se  inician,  blogs que siguen activos durante muchos años, y lectores que mantienen su fidelidad.

Y también he pensado que aunque me equivoque con esta optimista perspectiva, lo que sí es seguro es que seguimos quedando nosotros, los que consideramos los blogs como algo natural, provechoso, cabal e inherente a nuestra vida.

“Me aportan la satisfacción y tranquilidad de ver que en el mundo hay 
gente estupenda haciendo cosas estupendas.(Metalsaurio)

🍃🍃🍃



lunes, 2 de enero de 2017

Premiados


Probablemente conocen ustedes esos premios virtuales que a veces se conceden a los blogs, como por ejemplo el Liebster y el Best Blog.

Estos premios son un reconocimiento que los blogueros se otorgan unos a otros, como una manera de valorar, recompensar y fomentar la labor bloguera. 

Las nominaciones a estos premios suelen ir acompañadas de un cuestionario, una especie de entrevista que quien otorga el premio le hace al candidato. Es una manera de conocer un poco más a la persona que hay detrás del blog premiado, y una ratificación del premio, como si dijéramos una variante del "discurso de aceptación".

Esto de los premios blogueros me parece un detalle muy generoso y de agradecer. Pero yo siempre digo que un blog, y desde luego este blog, perdería su sentido sin los lectores, que dedican un tiempo valiosísimo a leer lo que aquí se publica; y menos sentido aún tendría sin los comentarios, que son el testimonio de esas visitas; la prueba de que no sólo han dedicado ustedes un tiempo a leer sino que además han pensado y han escrito unas palabras con su parecer. Casi nada.

Pero es que además, yo particularmente tengo la suerte inmensa de que los visitantes de Juguetes del viento son comentaristas de primera categoría; y, por lo que sé en unos casos y lo que intuyo en otros,  también personas de primera categoría.

Así que he llegado a la lógica conclusión de que ustedes los lectores, más que nadie, merecen un premio. Porque ustedes son los que hacen que el blog tenga sentido; ustedes le dan vida con sus opiniones y sus ideas; ustedes inspiran, sugieren, motivan.
Así que, de manera modesta y virtual, yo les otorgo a todos ustedes ustedes un premio, un premio tan grande como mi gratitud.

Y como es fácil imaginar, este premio, que podría denominarse “Lema” (Lectores magníficos), también lleva aparejada una entrevista, como todo premio que revista un mínimo de seriedad.
Contestar las preguntas de dicha entrevista es un requisito prescindible para hacerse acreedor del premio, así que aquellos de ustedes que lo deseen podrán dejar sus respuestas, ya saben, aquí detrás, en el saloncito de los comentarios.

Éstas son las preguntas para ustedes, lectores magníficos:

Premio Lema 

  1. ¿Por qué lees blogs?
  2. ¿Qué buscas en un blog o qué esperas de un blog?
  3. ¿Qué te aportan los blogs que lees?
  4. ¿Qué te lleva a dejar de seguir un blog o a no volver tras una primera visita?
  5. ¿Prefieres los blogs personales o los que ofrecen información objetiva sobre determinados temas?
  6. ¿Qué importancia le das al aspecto visual o apariencia de los blogs?
  7. ¿Te gusta que en las entradas haya enlaces a otras entradas relacionadas? ¿Sueles ir a esas entradas enlazadas?
  8. ¿Cuántos blogs sigues de manera regular?
  9. Cuando dejas comentario en un blog, ¿sueles leer los comentarios de los demás lectores?
  10. ¿Recuerdas cómo llegaste por primera vez a Juguetes del viento?
Muchas gracias.



casa de Mark Twain