miércoles, 18 de noviembre de 2009

FOXP2


Aunque todavía quedan elementos por descifrar, la ciencia va desvelando poco a poco uno de los grandes misterios del mundo: el origen del lenguaje, es decir, de la capacidad humana de hablar. ¿Por qué los humanos podemos hablar y otras especies no? ¿Y por qué los primeros homínidos no podían y los posteriores sí?

La respuesta sencilla es que nosotros tenemos un aparato fonador de diseño exclusivo, que nos permite articular un montón impresionante de sonidos diferentes, mientras que un mono o un pato no salen de un sitio.

Pero claro, para hablar necesitamos, además del aparato fonador, otros órganos, y sobre todo un cerebro que pueda, por un lado, procesar esos sonidos, y por otro, controlar y mandar órdenes a esos órganos, para que realicen los complejísimos movimientos que permiten la producción de sonidos articulados.

¿Y cómo ha conseguido nuestro maravilloso cerebro ser capaz de todo eso?
Pues según se descubrió hace unos años, se lo debemos todo a un simple gen, llamado FOXP2.

Pero resulta que este gen también lo tienen los chimpancés, así que, ¿por qué ellos no hablan?

La respuesta la tienen los investigadores de la UCLA, que hace unos días han descubierto que nuestro FOXP2 tiene una cosita que el FOXP2 de los monos no tiene.
¿Y qué cosita es? Pues un par de aminoácidos de nada.

O sea, que algo tan fundamental, básico y crucial en la evolución humana como es el lenguaje, depende de dos aminoácidos. Es como decir que estamos donde estamos y somos lo que somos por una gota de agua.

Muchos verán en esto la mano de Dios, pero sea su mano o sea la de la evolución, lo que yo concluyo es que somos una insignificancia en el cosmos; que dependemos por completo de aminoácidos, proteínas, moléculas y cosas así, que abultan menos que una mota de polvo.
Esto puede resultar decepcionante, pero, bien mirado, es prodigioso y magnífico.

También concluyo que este descubrimiento afianza mi convicción de que todo en el mundo y en la historia del hombre, todo, ha dependido siempre de esa capacidad asombrosa que tenemos de hablar, de comunicarnos con un sistema tan complejo, física e intelectualmente, como es el lenguaje; y del reflejo material de esa capacidad, que es la escritura.
La ciencia, el arte, la tecnología, el comercio... no podrían existir si no pudiéramos comunicarnos entre nosotros, y con nosotros mismos, mediante el lenguaje.
Es decir, que sin el lenguaje no seríamos lo que somos, ni nosotros ni el mundo. Probablemente ni siquiera seríamos.
Así pues, bendito seas, FOXP2, tú y tus aminoácidos.
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6 comentarios:

Lan dijo...

Y eso que al comunicar una idea nunca somos capaces de reflejarla de modo oral o escrito con la intacta brillantez con que aparece en nuestra mente y, así, siempre estamos buscando palabras y más palabras que nos permitan ser cada día más veraces y efectivos. Y no dejarnos trozos despellejados de idea en el el vehículo. Porque siempre algo nos falta ¿Qué cosita es? ;-)
Un placer saludarte, como siempre.

Ángeles dijo...

Gracias, Lan.
Pero está claro que tú no puedes tener queja de tu FOXP2, porque funciona a la perfección.
Un placer para mí también.

Anónimo dijo...

A mí, lo que me da que pensar es lo de los chimpancés ¿Mira que si evolucionan haciéndose con nuestros aminoácidos? Ya mismo nos vemos hablando con monos y, quién sabe, como los monos.
Sara

Ángeles dijo...

Pues a lo mejor no es tan difícil, Sara, porque yo en más de una ocasión he tenido la sensación de estar oyendo hablar a un primate...

Anónimo dijo...

¿Te presentas a los premios Gamba? je,je,je Lo digo porque, si no me equivoco, hay un error de redacción donde dice "nosotros tenemos un aparato fonador exclusivo que nos permite articular un montón de sonidos mientras un mono o un pato no salen de un sitio" O quizá no interpreto lo que quieres decir.
¿No te enfadas verdad?

carlos

Ángeles dijo...

No, Carlos, no me enfado en absoluto, of course not, pero lo que señalas como posible error no es tal. Es una expresión coloquial: "no salir de un sitio" significa no avanzar, no conseguir más.
Nosotros hacemos maravillas con nuestro aparato fonador, mientras que monos, patos, perros, etc, no pasan ni pueden pasar de un muy limitado repertorio de sonidos.

Todo esto no significa que yo no pueda en cualquier momento meter la gamba de manera que me haga merecedora de un premio de esos tan prestigiosos ;)